Una cámara hiperbárica de 2.5 millones de pesos que fue donada al puerto de Progreso ha sido abandonada en una bodega por cinco años por parte del Ayuntamiento municipal, en perjuicio de los pescadores y buzos de la comunidad ubicada al norte de Yucatán.
Como una promesa de campaña, el Senador Jorge Carlos Ramírez Marín entregó este costoso equipo en 2018 a la entonces administración de José Cortés Góngora, emanado de Nueva Alianza; sin embargo, por motivos desconocidos, ni éste ni el actual alcalde de Progreso, Julián Zacarías Curi, de Acción Nacional, han utilizado esta herramienta médica, en favor de más de miles de pescadores.
El dispositivo donado llegó desde el estado de Veracruz y tiene dos camas, dos sillas abatibles, iluminación, comunicación, analizador de oxígeno, sistema de aire, sistema contra incendio, circuito cerrado de televisión, de operación manual y soporta seis atmósferas de presión, que fue fabricada por el Grupo Torno Industrial y la empresa MISSA Tecnología Hiperbárica.
Actualmente, el equipo se encuentra resguardado bajo una sábana en la bodega de la Dirección de Servicios Públicos y Ecología, que no lo cubre ni del sol.
Durante 2015, en el mencionado puerto se registraron alrededor de 10 fallecimientos debido a la tardía atención provocada por una descompresión al bucear, pero ni la administración municipal anterior ni la actual, han utilizado esta herramienta médica.
En 2021, se tiene el registro de la muerte de un menor de 13 años de edad que fue a bucear en el mar de Chelem, así como otra persona que hizo lo mismo a 118 millas de la “Caleta”, pero no regresó.
Las cámaras hiperbáricas son dispositivos médicos para aplicar una presión atmosférica elevada de oxígeno puro al cuerpo, con el fin de que este elemento llegue a través del torrente sanguíneo a las áreas donde existe una deficiencia; en el estado, se utiliza mayormente en pescadores y buzos.